Navidad y felicidad

Qué curiosa asociación nos viene a la mente cuando pensamos en la Navidad. Seamos más o menos creyentes, es difícil evitar ese pequeño hormigueo cuando piensas en esas fechas. Reunirte nuevamente con la familia, algunos que ves sólo para fechas señaladas, ese reparto de agradecimientos en forma de regalos, abrazos, besos… y por supuesto también esa comida típica -que ya dependerá un poco de donde vives y tus costumbres- y que no falte el buen espumoso, esas burbujas tan navideñas, ¡toda una celebración!

Y es que antropológicamente, los humanos somos relaciones, cariño, interacción, calor… somos seres sociales por naturaleza, cada uno en su medida. Nos gusta dar, nos gusta recibir, sentirnos parte de algo más grande que nuestra individualidad. En mayor o menor medida, ese sentimiento de pertenencia nos da seguridad y confort, nos proporciona una sensación agradable que nos hace sentir bien, esa “felicidad” de querer y sabernos queridos, ese dar y recibir del que tanto hemos oído hablar.

Pues nada, ya estamos nuevamente a las puertas de una nueva Navidad, con sus luces en las calles, su música típica, sus costumbres… preparados para vernos de nuevo con nuestros seres queridos.

Sin embargo, hay muchas otras realidades, porque el mundo es así, donde esa espera, ese anhelo se trunca a causa también de los humanos. Porque a ese deseo de querer y ser querido se une también el deseo de superación, de conquista, de ir más alto. Y cuando el deseo se torna en unilateralidad, en afán, en mirarse sólo a uno mismo, podemos perder la perspectiva y romper la felicidad de otros humanos. 

Desde aquí queremos mandar nuestro caluroso afecto a aquellos que están sufriendo las consecuencias de las guerras y las injusticias, un dolor posiblemente evitable que esperamos que las futuras generaciones de humanos sepamos moderar, controlar, erradicar.

La pandemia de COVID no ha sido buena, desde luego. Ojalá no vuelva a producirse nada parecido como ese bicho invisible que fue capaz de tenernos encerrados en casa durante meses, que causó tantos fallecimientos, tanta incertidumbre, que nos mostró una vez más que por mucho que avanzamos debemos ser humildes, que somos menos fuertes de lo que pensábamos.

Pero también nos dio alguna cosa nueva, siempre (casi siempre) se aprende, también forma parte de la naturaleza humana.

Nosotros en Kiteris en tiempos de pandemia decidimos realizar encuentros virtuales con nuestros colaboradores para mantener ese contacto, ese sentimiento de pertenencia a esa “familia” (salvando las distancias) laboral, donde se crean lazos, amistades, a veces parejas… La pandemia impidió que nos viéramos en persona, pero esos encuentros virtuales (¡gracias Teams!) se han vuelto ya imprescindibles, y también queridos (recientemente, un 94% de nuestra plantilla votó a través de la herramienta HappyForce -que utilizamos desde hace unos meses para escuchar a nuestra gente- que debíamos mantenerlos). Hemos creado un espacio virtual donde compartir con tus compañeros historias, juegos, y también celebración “física”: todos reciben un pack de cervezas y comida dependiendo de la ocasión, a consumir durante el evento.

No sustituye el contacto físico, desde luego, pero es un buen sucedáneo que nos acerca un poquito más a todos.

Espero que paséis unas Buenas Fiestas, sed Felices.

Josep Amores Author
Socio Director de Kiteris
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